CENTRO DE ESTUDIOS UNIVERSITARIOS XOCHICALCO
ESCUELA DE MEDICINA
DIETA CETOGENICA EN EL PACIENTE DIABÉTICO
PROTOCOLO DE INVESTIGACIÓN
Díaz-Rodríguez IV.
Espinoza-Veliz JH.
Gonzalez-Gonzalez J.
Gómez-Vázquez AM.
Morales-Álvarez A.
Sanchez-Fernandez BA.
ROBERTO VERA GONZALEZ
Ensenada B.C, 10 de Marzo de 2015.
ÍNDICE
Introducción
Antecedentes
Objetivos
Hipótesis
Justificación
Metodología
Resultados
Conclusiones
Referencias
Cronograma de actividades
Anexos
INTRODUCCIÓN.
La presente investigación a desarrollar, busca establecer resultados en relación a la aplicación de la dieta cetogenica, pretende que a través de la información bibliográfica pueda ser aplicada en la población de Ensenada, Baja California México. Los cuales hayan sido diagnosticados con Diabetes Mellitus tipo 2. El estudio se llevara a cabo con el fin de beneficiar y otorgar una mejor calidad de vida a los pacientes con DM 2.
La Diabetes Mellitus está considerada como un grupo de enfermedades metabólicas caracterizada por hiperglicemia, consecuencia de defectos en la secreción y/o en la acción de la insulina. La hiperglicemia crónica se asocia con un daño a largo plazo, disfunción e insuficiencia de diferentes órganos como: ojos, riñones, nervios, corazón y vasos sanguíneos.
En el mundo actualmente se estima que 347 millones de personas viven con diabetes. Se ha estimado que la esperanza de vida de estos pacientes se reduce entre 5 y 10 años. Durante las últimas décadas el número de personas que padecen diabetes en México se ha incrementado y actualmente figura entre las primeras causas de muerte en el país. Se han identificado a 6.4 millones de adultos mexicanos con diabetes, es decir, 9.2% de los adultos en México han recibido ya un diagnóstico de diabetes (ENSANUT 2012).
Con esta investigación se tratara de demostrar que la dieta cetogenica actúa de manera preventiva y curativa ante las complicaciones de la Diabetes Mellitus tipo 2.
ANTECEDENTES:
Aproximadamente 80% de los pacientes diabéticos son obesos y la obesidad constituye un factor de riesgo para diabetes. Cada aumento unitario del índice de masa corporal (IMC) se asocia con incremento del riesgo del 12%. (Basilio Moreno, 2012)
La distribución de la grasa corporal también representa un importante factor de riesgo de padecer diabetes tipo 2, porque la obesidad centrípeta o visceral potencia la resistencia a la insulina.
Cuando existe exceso de grasa, se incrementa la secreción de adipocinas, en concreto de TNF-a, interleucina 6 y resistina, que conducen a un estado inflamatorio permanente. Esta situación convierte al tejido graso y, posteriormente, al resto de tejidos, en resistencia a la acción de la insulina, obligando al páncreas a aumentar la secreción de insulina (hiperinsulinismo), lo que a la larga conduce al fracaso de la regulación de glucemia y a la diabetes tipo 2.
Las dietas proteinadas muy bajas en calorías pueden ser una buena opción dietética en pacientes obesos diabéticos que no requieran insulina en su tratamiento porque producen una rápida pérdida de peso con mejoría metabólica a corto y largo plazo, permitiendo disminuir la medicación requerida por estos pacientes.
La mayor parte de los estudios hacen referencia a los beneficios obtenidos a corto plazo con este tipo de dietas y que incluyen, además de la pérdida de peso, la disminución de las concentraciones de glucosa en ayunas y de los requerimientos de medicación, la mejora del perfil lipídico y el descenso de las cifras de presión arterial.
Los datos preliminares correspondientes a los primeros dos meses de seguimiento indican que la dieta proteinada consigue mejores resultados que la dieta hipocalórica convencional en cuanto a la pérdida de peso (-11.32 kg vs -2.95 kg; p<0.001) y al descenso del IMC (-4.06 vs -1.31; p<0.001) y del perímetro de cintura (-10.33 cm vs 4.77cm). También muestra mejor control metabólico, con cifras inferiores de HbA1c (6.25 vs 6.80%; p<0,001) y mayor porcentaje de pacientes con normalización de las concentraciones de glucemia venosa <110 mg/dL, de HbA1c <7%, de colesterol total <200 mg/dL, de colesterol lLDL <130 mg/dL y de normalización del índice HOMA de resistencia a la insulina.
La dieta cetogénica se ha utilizado con éxito desde la década de 1920 para el tratamiento de las convulsiones epilépticas en niños; sin embargo, se ha utilizado como propuesta dieto-terapéutica para el sobrepeso y obesidad a partir de la década de 1970, provocándose un importante auge de las dietas altas en proteínas impulsada por los libros sobre la dieta de Atkins; sin embargo los informes científicos sobre la eficacia de dicha dieta aparecieron mucho más tarde. (Covarrubias Gutierrez, 2013)
Entre las ventajas que nos puede ofrecer la dieta cetogenica, se encuentran que tiene un mayor efecto saciante, lo que puede disminuir la ingesta calórica, no afecta el perfil lipídico e incluso puede ayudar a mejorarlo, específicamente reduciendo las concentraciones plasmáticas de colesterol total y triglicéridos, así como aumentando los niveles de colesterol HDL.
Cuando una dieta tiene un predominio de carbohidratos, el cuerpo los utiliza como la principal fuente de energía en lugar de la grasa. Por el contrario, la ausencia de carbohidratos en la dieta acelera el uso de la grasa. Esto es debido a que la insulina bloquea la lipólisis (mediante un bloqueo de la lipasa del adipocito) y permite la entrada de glucosa al interior de la célula grasa. Esta glucosa es convertida en triglicéridos dentro del adipocito.
El bajo índice glucémico de las dietas cetogénicas reduce las fluctuaciones en las concentraciones plasmáticas de glucosa, que son mucho más frecuentes con las dietas altas en carbohidratos. (Pérez-Guisado, 2008)
Las proteínas tienen un efecto anorexígeno superior al de los carbohidratos, que pudiera estar mediado por aumento en la sensibilidad del sistema nervioso central hacia la leptina.
Cuando son consumidos junto a las proteínas, los carbohidratos tienen la capacidad de multiplicar su efecto inductor de la obesidad; cuando se consumen con la grasa, los carbohidratos permiten la acumulación de ésta; y finalmente los carbohidratos tienen un menor efecto saciante que los lípidos y las proteínas. Por lo tanto, una dieta sustentada en las proteínas y/o grasas podría ser una buena opción para la pérdida de peso, ya que así se alcanzarían niveles de insulina bajos en sangre que permitiría un cambio metabólico a favor de la utilización de la grasa en lugar de la de los carbohidratos, es decir, pasar de un metabolismo fundamentalmente glucolítico a un metabolismo lipolítico que ataque directamente los depósitos de grasa.
Por esta razón, desde un punto de vista fisiológico las estrategias para perder peso que se fundamentan en la reducción de la ingesta de grasa y en el mantenimiento de la proporción de carbohidratos como fuente principal de energía, podrían ser menos eficaces para la pérdida de peso Por esta razón, desde un punto de vista fisiológico las estrategias para perder peso que se fundamentan en la reducción de la ingesta de grasa y en el mantenimiento de la proporción de carbohidratos como fuente principal de energía, podrían ser menos eficaces para la pérdida de peso.
Frederick et al (2003) A los 6 meses, 7 pacientes pertenecientes al grupo de dieta baja en carbohidratos redujeron sus dosis de hipoglucemiantes orales o insulina. En comparación, 1 paciente del grupo de dieta baja en grasa tuvo reducción en la dosis de insulina y 1 paciente inicio terapia con hipoglucemiantes orales.
Willi y col. (2008) también comprobaron en su estudio, que el uso de una dieta baja en carbohidratos en adolescentes con obesidad mórbida, era un método efectivo para la pérdida de peso y conservación de la masa muscular. Además en otro estudio con adolescentes Sondike y col. (2012) encontraron que una dieta baja en carbohidratos sin restricción calórica en grasas y proteínas era más efectiva en la pérdida de peso y mejora del perfil lipídico sanguíneo que el uso una dieta baja en grasas.
Samaha y col. (2014) realizaron un estudio de seis meses de duración en el que encontraron que las personas con obesidad mórbida y una alta prevalencia de diabetes tipo II o de síndrome metabólico, perdieron un mayor peso durante este periodo de tiempo en la dieta baja en carbohidratos que la dieta baja en calorías y grasas, con una mejora de la sensibilidad hacia la insulina y los niveles de triglicéridos
Covarrubias et al, considera que las dietas cetogénicas se consideran efectivas en el tratamiento de diabetes mellitus tipo II, para prevenir o retrasar la pérdida de masa magra corporal total.
Hussain et al, por ejemplo, comparo una dieta baja en carbohidratos contra una dieta baja en calorías durante un periodo de 24 semanas en 102 pacientes diabéticos y 261 pacientes no diabéticos. Los niveles de glucosa plasmática disminuyeron significativamente en el grupo de dieta baja en carbohidratos en comparación a los que se les aplico la dieta baja en calorías. Después de 24 semanas los pacientes con diabetes tipo 2 a los que se les aplico la dieta baja en carbohidratos disminuyeron en promedio 1 mg de glucosa plasmática en contraste con los que llevaron la dieta baja en calorías. Mas significativamente, el grupo que llevo la dieta baja en carbohidratos se aproximaron a los niveles de glucosa sanguínea después de 24 semanas, mientras que el grupo en dieta baja en calorías los niveles de glucosa se estabilizaron y se mantuvieron altos a la semana 16. En pacientes no diabéticos con niveles de glucosa sanguínea normal la dieta baja en carbohidratos produjo solamente un pequeño efecto sobre la glucosa. (Feinman, 2015)
OBJETIVOS
Comprobar la eficacia de la dieta cetogenica en el control del paciente diabético, como una herramienta para tratar de evitar el curso natural de la enfermedad y sus complicaciones.
HIPOTESIS
La dieta cetogenica en el paciente diabético es una herramienta de control para retrasar el curso natural de la enfermedad y sus complicaciones.
JUSTIFICACIÓN.
Magnitud.
Será principalmente enfocada en la población de Ensenada, Baja California, pero podría alcanzar una magnitud nacional e internacional.
Trascendencia.
Se beneficiaran en su totalidad a los pacientes con Diabetes Mellitus tipo 2 evitando y revertir las complicaciones, para mejorar la calidad de vida en un alto porcentaje evitando y disminuyendo los gastos en hospitalizaciones y tratamientos a causa de las complicaciones de la Diabetes Mellitus tipo 2, así mismo mejorando la economía familiar, estatal y nacional.
Vulnerabilidad.
Para que esta dieta funcione, debe estar en un régimen estricto ya que cualquier desarreglo de parte del paciente rompe el ciclo de la dieta. Este es el principal riesgo de la no adherencia para un buen manejo y control de la dieta y para que esta de resultados.
Factibilidad.
Llevar a cabo la dieta Cetogénica implica un cambio muy drástico en la alimentación del paciente, ya que su base nutricional siempre ha sido la de carbohidratos. Realizar esta dieta no implicaría problemas económicos pero podría ser que en algunos casos si los haya.
METODOLOGÍA O MÉTODO:
La investigación se llevará a cabo en instalaciones de la Universidad Xochicalco, en el hospital ISSSTECALI de la ciudad de Ensenada. El diseño de la investigación será de tipo cualitativa, descriptiva, transversal. Los participantes serán pacientes obesos con Diabetes Mellitus tipo 2 no insulinodependientes, sin trastornos hepáticos y renales. Se llevara a cabo una revisión sistemática de artículos que traten sobre dietas cetogénicas en pacientes con Diabetes Mellitus tipo 2, a los cuales se tratara de aplicar el método epidemiológico en donde: a) Se buscaran artículos confiables, asertivos, actualizados que brinden la información necesaria para el tema de investigación. b) Se seleccionaran aquellos artículos que sirvan de base para la investigación. c) Se analizaran para llegar a una conclusión. Para el análisis de la información se graficaran los datos obtenidos para confirmar la hipótesis.
RESULTADOS
Según Pérez Guisado (2008), las dietas cetogénicas empleadas para la pérdida de peso son efectivas y seguras, así Westman afirma que las mujeres obesas que siguieron una dieta cetogénica pura sin restricción calórica en grasas y proteínas (carbohidratos <25 g/día) mantuvieron la pérdida de peso y mejoraron el perfil lipídico. Para periodos de un año, comparando una dieta cetogénica pura sin restricción calórica en grasas y proteínas (carbohidratos <30 g diarios) con una dieta hipocalórica convencional baja en grasas-calorías-alta en carbohidratos (<30% energía díaria de la grasa), la dieta cetogénica resultó ser más saludable ya que se asoció a una mayor mejora en factores de riesgo cardiovascular y en el índice glucémico. En otros ensayos clínico de 14 meses de duración con una dieta cetogénica pura sin restricción calórica (carbohidratos <30 g diarios) en pacientes obesos diabéticos se produjo una mejora progresiva no sólo en la pérdida de peso sino también en el perfil lipídico, renal y glucémico.
Según Basilio Moreno Esteban (2012), la reducción de peso es una de las terapias más eficaces para los diabéticos obesos que no requieren tratamiento con insulina. Sin embargo, los diabéticos obesos tienen mayores dificultades para perder peso que los obesos no diabeticos y con frecuencia, la tasa de éxito con las dietas convencionales es baja. El desarrollo de dietas muy bajas en calorías en las últimas 3 décadas ha proporcionado un enfoque alternativo para el tratamiento de los pacientes obesos diabéticos tipo 2. La dieta proteinada es una dieta muy baja en calorías cetogénica, con un aporte de proteínas ajustado a los requerimientos del organismo, con bajo aporte de hidratos de carbono y lípidos y suplementada con vitaminas y oligoelementos, cuya principal ventaja es que consigue una pérdida de peso inicial muy rápida facilitada por el efecto anorexígeno de la cetosis, disminución del perímetro de cintura, y mejora del control metabólico a los pocos días de tratamiento. Esta mejora de la glucemia, superior a la que cabría esperar por la pérdida de peso, se consigue gracias a la reducción de la producción de glucosa hepática y aumento en la sensibilidad a la insulina. Mediante la mejora del control glucémico, las dietas muy bajas en calorías también consiguen mejorar otros factores de riesgo cardiometabólico.
CONCLUSIONES
De acuerdo a los resultados obtenidos en esta investigación se concluye en el presente trabajo de investigación como una dieta alta en proteínas y grasas es más beneficiosa que una dieta hipocalórica en pacientes con DM Tipo 2 , Debido a que produce mejoría metabólica a corto y largo plazo, además la pérdida de peso, la disminución de las concentraciones de glucosa en ayunas y de los requerimientos de medicación, la mejora del perfil lipídico y el descenso de las cifras de presión arterial y así como sus complicaciones.
REFERENCIAS:
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- Basilio Moreno, E. (2012). Dieta proteinada para pacientes con diabetes tipo 2. Medicina Interna de México, 28(6), 573-578.
- Bazzano, L. A. (2014). Effect of Low-Carbohydrate and Low Fat Diets. Annals of Internal Medicine, 161, 309-318.
- Covarrubias Gutierrez, P. (2013). Dietas cetogénicas en el tratamiento del sobrepeso y la obesidad. Nutricion Clínica y Dietetica Hospitalaria, 33(2), 98-111.
- Dansinger, M. (2005). Comparison of the Atkins, Ornist, Weight Watchers, and Zone for Weight Loss and Heart Disease Risk Reduction. American Medical Association, 293(1), 43-53.
- Feinman, R. D. (2015). Dietary carbohydrate restriction as the first approach in diabetes management: Critical review and evidence base. NUTRITION, 31, 1-13.
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- N, S. (2012). Effects of higher-versus lower-protein diets on health outcomes: a systematic review and meta-analysis. European Journal of Clinical Nutrition, 66, 780-788.
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- Paoli, A. (2014). Ketogenic Diet for Obesity: Friend or Foe? International Journal of Enviroment Research and Public Health, 11, 2092-2107.
- Pérez-Guisado, J. (2008). Las dietas cetogénicas: fundamentos y eficacia para la pérdida de peso. Organo Oficial de la Sociedad Latinoamericana de Nutrición, 58(2), 126-131.
- Poplawski, M. M. (2011). Reversal of Diabetic Neprhropathy by a Ketogenic Diet. Plos one, 6(4), 1860-1864.
- Samaha, F. F. (2003). A Low-Carbohydrate as Compared with a Low-Fat Diet in Severe Obesity. The New England Journal of Medicine, 384(21), 2074-281.
- Thomas D, E. (2009). Low glycemic index, or low glycaemic load, diets for diabetes mellitus (Review). THE COCHRANE COLLABORATION, 1-32.
- Yancy, W. (2004). A Low-Carbohydrate, ketogenic Diet versus a Low Fat Diet To Treat Obesity and Hyperlipidemia. Annals of Internal Medicine, 140, 769-777.
Increíble artículo! Realmente me ha gustado y me ha recordado por qué decidí tomar el control de mi vida y comencé a cuidarme más, física y mentalmente. En realidad, hace tiempo me sentía perdido. Cada vez tenía más información sobre este tema de la dieta cetogénica, pero más saturado me encontraba. Pero este tipo de artículos y en concreto, una web que visité, me han ayudado a descubrir cómo adelgazar de una manera sana y responsable, sin prisas ni obsesiones. Y así, vivir el estilo de vida que siempre he deseado y que nunca conseguía tener. Para los que a día de hoy se sientan perdidos como lo estuve yo, pueden ver la web aquí. Espero que ayude a alguien como tanto me ayudó a mi.
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